jueves, 20 de mayo de 2010

de Sabina a Mick Jagger

Artesanía: Joaquin Sabina

Todo un mito en nuestro país. ¿Quién no ha soñado durante unos minutos mientras escuchaba una canción del maestro? ¿Quién ha dejado de notar durante un momento que el mundo ahí fuera se movía y se ha quedado bien quieto, mecido por la poesía de sus letras? Sabina es más que un artista: es un artesano de la palabra. Un poeta que ha demostrado que no hace falta tener una excesivamente buena voz para ser un buen cantautor.

Todos nos sabemos alguna parte de la canción 19 días y 500 noches, nos guste más o menos. Y a todos nos recuerda algún momento en concreto. Una canción hecha a mano, con el cuidado que eso requiere, que ha llegado a oídos de un pueblo entero. La artesanía hecha industria.

Arte: Rolling Stones

Los Rolling tienen para mí todos los puntos para ser considerados arte: son eternos, como cualquier obra bien hecha, son internacionales y mueven mucho más que sus propias canciones. De los Rolling Stones se ha sacado tajada de todo un poco: desde pegatinas hasta camisetas (reconozco que yo tengo una de ellos, de temporada en h&m, como no, en realidad soy una impostora) pasando por producciones cinematográficas o incursiones en los Sing Star de cada hogar.

Los Rolling Stones venden, gustan y son queridos por el pueblo. Algunos imitan sus extravagantes poses (léase Jack Sparrow), aunque sea en la ficción. Ellos se exponen y la gente les aclama. Y, porqué no decirlo, tienen algo de exótico, algo inhóspito y superior que inspiran todas las obras de arte bien hechas: esa sensación que tienes cuando te encuentras cara a cara con el Gernika y sabes que tú nunca podrás hacer algo así.

Nunca seremos como Mick Jagger. Aunque nos gustase.

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